BERNARDO SANTOS
De la estirpe burguesa
GENERACIÓN 1962
Que bellos fuimos.
Salimos de la casa a la plaza.
Salimos de la familia a la multitud.
De un predio cuartelero quisimos un país,
de las migajas del mantel, la panadería entera.
Quisimos un cielo limpio y unas manos limpias
aunque heredamos sólo la sangre y la venganza.
Diréis: factores propelentes y factores atrayentes
en vuestros trabajos fin de máster.
Os diré que fue la belleza de la verdad,
la épica de la justicia, el viento que llegaba
del DF, de Berkeley y de París.
Fuimos afortunados. El destino
nos colocó delante de la realidad,
nos dio una tarea. Hubo que abrir
un país como naranjas.
Hicimos un viaje sin regreso.
Renunciar para ganar. Dejar para coger.
Romper para engendrar.
Abandonar un cálido confort que solo se sostiene
en la ignorancia cómplice, un futuro previsible,
para abrazar la mirada del espejo.
Viaje difícil. Se te rompe el costado.
Frente a las numerosas verdades no existe ninguna solución inmediata. El mismo término, solución, no puede alcanzar lo trágico. Nos corresponde a nosotros tocarlo y dejar que lo trágico nos toque. Nombrarlo podría convertirnos en hombres diferentes. Nombrado, lo trágico seguirá siendo trágico: pero ya no tendrá el efecto de simples malas noticias. Solo entonces podrá concebirse una política realista.
John Berger
Mis antepasados entraron a sangre y fuego en América conquistando y arrasando
Mis antepasados se defendieron con los dientes de esta invasión de bárbaros
Mis antepasados buscaban el oro para cuadrar las arcas de sus monarcas y saciar sus propias sedes
Mis antepasados ocultaron el oro de sus ritos al sol bajo tierra y bajo las aguas
Mis antepasados nos robaron la tierra
Mis antepasados no pudieron recuperarla
Cómo siento en el alma no haber estado en el cuerpo de mis antepasados
¿De parte de cuál de mis antepasados me pondré contra cuáles?
Jotamario Arbeláez (Cali, 1940)

La familia